Aviador norteamericano
La expedición liderada por el norteamericano almirante Byrd.
En 1947 y 1948, bautizó el lugar con el nombre tan sugestivo de "Jardín de la Tierra de la Reina María". Los aviadores de Byrd, pilotando aviones adecuados a la misión que tenían encomendada, sobrevolaron sistemáticamente el misterioso rincón y observaron con detenimiento las colinas cubiertas de bosques, las manchas de musgo, anchas, diseminadas por doquier, y nada menos que 23 lagos de diferentes tamaños. Los hidroaviones se posaron sobre las aguas de los tres lagos mayores los cuales, desde las alturas aparecían coloreados de verde, rojo o azul. No hacía frío, sino más bien lo contrario. Los exploradores intodujeron sus manos en las aguas
tranquilas y las removieron. Ofrecían una temperatura agradabilísima, templada. El fondo cubierto por espesas alfombras de algas microscópicas, que eran las que proporcionaban los bellos reflejos coloreados; aguas tibias en pleno Polo Sur, ¡entre miles de kilómetros de hielos espesísimos!
La Tierra de Marie Byrd (de unos 1,6 millones de Km. cuadrados de extensión), explorada por el estadounidense Richard Byrd en 1929, no ha sido nunca solicitada por ningún estado soberano.
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