jueves, 16 de junio de 2011

Restos de dinosaurio carnívoro en la Antártida

Trabajando en la isla James Ross frente a la costa de la Península Antártica, los veteranos cazadores de dinosaurios Judd Case y James Martin, junto a su equipo de investigación, creen haber encontrado los huesos fosilizados de una especie totalmente nueva de dinosaurios carnívoros, relacionados con el enorme carnicero Tyrannosaurus y con el igualmente voraz (aunque más pequeño y ágil) velocirraptor.
Las características de los huesos de los animales llevaron a los científicos a suponer que puedan representar una población de carnívoros que sobrevivió en la Antártida mucho después de que habían ido suplantados por otros depredadores en el resto del planeta.

“Una de las cosas sorprendentes es que los animales con estas características primitivas generalmente no han sobrevivido por tanto tiempo en otros lugares como lo han hecho en la Antártida”, dijo Case, decano de ciencia y profesor de biología en el Colegio de Santa María en California, quien descubrió los huesos. “Pero, por alguna razón, todavía continuaban viviendo en el continente antártico”.

Case dijo que lo encontrado pertenece al grupo de los terópodos, que incluye a los tiranosaurios y a otros dinosaurios carnívoros. Los terópodos, o dinosaurios con patas de bestia, constituyen un enorme y diverso grupo de animales ahora extintos que mostraban la característica común de caminar sobre dos patas, como los pájaros. La investigación reciente ha demostrado que los pájaros son descendientes directos de los terópodos.
Cuando estaba vivo, era un dinosaurio corredor de unos 1,8 a 2,4 metros de alto.

La expedición de campo incluía a representantes del Museo de La Plata de Argentina, de la Universidad Estatal Minot, de la Universidad de Oklahoma, de la Inspección Geológica de Dakota del Sur y a estudiantes graduados de la Universidad de California Riverside y de la Escuela de Minas y Tecnología de Dakota del Sur.

La fauna local no muestra ninguna influencia de su ambiente extremo, ya que al no tener grandes depredadores, no existen restricciones evolutivas en permanecer fuera de la multitud.

Primero, en la Antártida se han encontrado relativamente pocos fósiles de dinosaurios de fines del Periodo Cretáceo, que se extendió desde hace 145 millones de años hasta hace unos 65 millones de años (la segunda parte de la así llamada “Era de los Dinosaurios). Segundo, el espécimen fue un hallazgo extremadamente raro y uno de los únicos seis dinosaurios fósiles que han sido descubiertos en la región de James Ross de la Antártida, la masa de tierra que sobresale hacia el norte del continente austral, en dirección a Sud América. Es que para poder ser preservado, probablemente el animal flotó, luego de morir hace unos 70 millones de años, desde la costa hacia el mar abierto, y se depositó en el fondo de lo que entonces era un área de muy poca profundidad del Mar de Weddell.

El equipo concentró sus investigaciones en Naze, una península al norte, donde los materiales expuestos representan un período hacia del fin de la Era Mesozoica, un lapso que abarca desde hace 248 millones hasta 65 millones atrás y que incluye al Período Cretáceo. En esa época, el área estaba cubierta por las aguas de la plataforma continental, con una profundidad de 100 a 200 metros.

Si ésto se confirma, como esperan Case y Martin, la nueva especie será el segundo terópodo antártico de fines del Período Cretáceo.

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